Este relato habla sobre, el peso y el dolor que lleva consigo el personaje, (Eva) por su belleza.
Ella se encuentra en su cuarto, pero minutos después se encuentra como en otra dimensión, ella sigue estando en su casa, pero su cuerpo no, y ella se empieza a cuestionar sobre, si, volver a su cuerpo, y seguir con aquel dolor que la invadía, o quedarse así, sin dolor.
Eva sin embargo, piensa en su madre, que la buscaría por todos los rincones, hasta encontrarla, y no quería preocuparla, pero tampoco deseaba seguir con aquella maldición que venia de generaciones y deseaba terminarla, por eso es que piensa en su gato, para así, poderle sonreír a su madre, para hacerla sentir que ella se encontraba bien.
Eva empieza un debate consigo misma, sobre que pasara con los deseos humanos que ella tenia, como por ejemplo comer una fruta, una simple fruta, y que deseos empezaría a sentir, cuando se metiera en su gato, como querer atrapar un ratón, y la idea no le agradaba.
Eva cuando empieza a buscar a su gato, no lo encuentra, ella ya estaba en el.
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